





De la mano de su madre comenzó a ir a clases de ballet clásico en una de las academias de Mérida, pero aun siendo tan pequeña, tenía claro que el ballet no era lo suyo, cuando pasaba por donde estaban los “tutús”, Triana decía: “a bailar sevillanas”. Nieta de un bailarín profesional, era obvio que lo llevaba en la sangre. Abandonó las bonitas zapatillas de ballet por unos flamantes zapatos de flamenco negros, su abuela le confeccionó una falda negra de volantes para comenzar sus primeros taconeos de la mano de Yolanda Burgos (bailaora emeritense). Desde ese momento, no ha vuelto a bajarse de los tacones, que colecciona de muy diferentes colores y modelos, para combinar con los vestidos que luce.
Ha sido alumna del bailaor Jesús Ortega en Badajoz y actualmente es alumna de danza clásica española en la academia de la bailaora Rosa Mª Reguera y está matriculada para hacer los exámenes de la EFA de Danza Española.
Además es estudiante de ADE y Economía en la UEX.